Todo mal.
Perdió Nestor Kirchner.
Perdió Giustiniani, y con él, Binner.
Carrió entró al Congreso.
Ganó Cobos.
Ganó Reutemann.
Ganó Michetti.
Ganó De Narváez.
Ni el más pesimista habría imaginado jamás este escenario. Pero lo cierto es que estamos ante la nueva derecha. Carta Abierta tenía razón. Y los periodistas progres e independientes que criticaron abiertamente a esta agrupación deberían reconocer lo correcto del análisis que desestimaron una y otra vez, y retractarse de la banal denominación que le proporcionaron a Carta Abierta: intelectuales K.
Entró Pino y a Sabbatella le fue bien. Es lo único que tiene la izquierda. O centro-izquierda. Nada más. Insignificante frente a las tres provincias conseguidas por la derecha neoliberal (Macri/De Narváez) o productivista (Reutemann): Buenos Aires, Capital y Santa Fe. Ni siquiera ganó Binner, lo que lo coloca frente a una situación de desventaja frente a Cobos, y su posible candidatura a presidente (la de Binner) estaría sepultada. Esta es quizás, además de la de K, la peor de las derrotas.
Debemos ver qué papel juega Reutemann: si se une al PRO, o si pacta la transición con Kirchner.
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Es el peor de los escenarios. Lo insignificante del triunfo de Solanas denota el rotundo triunfo de la derecha.
Y los que simpatizamos con el kirchnerismo nos veremos forzados, o a apoyar a Cobos para que no gane ni Macri ni el Lole (cruel paradoja), o a replegarnos al mundo de las ideas, junto a los ahora militantes de la izquierda nacional, que alegres festejan con Pino y con Sabbatella(bueno, no es taaan de izquierda nacional, pero algo es algo), bancando a Cristina hasta el 10 de diciebre de 2011.
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