6 de octubre de 2009
Digo, de pronto me parece. Lo de Duhalde no es más que una jugada para que en las elecciones de 2011 se imponga Cobos. Un Peronismo bifurcado para que Cleto tenga vía libre al despacho presidencial. En caso de que Duhalde efectivamente se presente. Y si la intención es efectivamente esa, alguno podría dudar dado el altruismo del lomense en pro de un radicheta. Pero algunos otros tantos suelen esgrimir, muchas veces, que los comportamientos del ex presidente (2002-2003) tienen cierto sesgo impersonal. Benefactor. Quizás sepa que en 2011 puede reeditarse el escenario de 1999, con un gobierno peronista saliente (luego de dos mandatos), y con un radical de imagen creciente como oponente. Eso si: sumando al Kirchner que corresponda. Es decir: no tiene chances personales. Pero si la oportunidad de restarle votos (más aún de los que ya se ha restado él mismo) a Néstor. O a Cristina. Y así, forzar un fin de ciclo que no necesita de Duhalde, ni un poco, para concluir.
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