El "Negro" deja como estela algunas consideraciones extraordinarias que vale la pena escuchar, como ya es costumbre, al menos, por parte de quien escribe estas lineas.
En cuanto al programa, los informes se han tornado netamente políticos, abandonando la wandanarización del que era partícipe hasta hace algunos ¿meses, semanas? Esto no quiere decir que no muestren todavía escenas de la TV corriente y cotidiana, sino que sus protagonistas fueron relegados, al menos en este programa, a bloques finales.
Quizás se deba a que la pelea por el rating ya está perdida, y entonces ahora vale la pena evitar el ¿pragmatismo? de poner al aire imágenes que habitualmente consume lagente para lograr captar a esa franja de público. Ahora que el número importa muy poco, dado que peor no puede ser, importa menos mercantilizar el contenido del show, e importa un poco más el contenido.
Algunos supondrán la existencia de un amalgama entre el nuevo y más nutrido espacio militante, y la valorización de este mismo a través de nuevas fuentes de financiamiento. Pero desgraciada (o afortunadamente) no somos Telenoche, y no podemos hacer ninguna afirmación dada la ausencia de toda prueba.
Prefiero este formato, más político. Aunque lamento, asimismo, la pérdida de público. Ambas son caras de una misma moneda, tal vez.
Por último, me sorprendió el tramo de "Casi Ángeles" que mostraron. En el mismo, los jóvenes actores de la tira se asombran y lamentan cuando en la TV que aparece en la escena, un personaje siniestro anuncia que a partir de ese momento, tomarán el control de todos los medios de comunicación. Sutil.
Lo malo de Cris Morena es que su acción no se limita a impedir que los actores y las actrices morochos/as participen en la novela, sino que también se dedica a militar para la reacción. No solo lo hace en los castings parece ser, sino que también en los guiones de ficción que 1.300.000 chic@s consumen de lunes a viernes.
Un escándalo, diría Bergoglio.
Un escándalo, diría Bergoglio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario