A mi tampoco me gustaba tanto 678. Pero me parece que el mayor mérito del programa es su capacidad para hablarle a la clase media (y a todos en general, para decir la verdad) en su idioma: el idioma televisivo que aprendió y que mamó la gente a partir de la
noventización de la televisión. Es la política explicada a través de métodos
comunicacionales construidos hace una década,
globalización,
menemismo y nihilismo mediante. No es que sean herramientas particularmente buenas, ni mejores, sino que son mecanismos que aprueba y que entiende, en mayor medida, el colectivo
televidente (claro, no todos entran en la onda, por obvias razones).
Es un programa en el que pueden escucharse algunas zonceras,
justificaciones que solo pueden nacer a la luz de prejuicios clásicos que muchos hemos escuchado desde chicos (quienes somos los más chicos) (por
ej.: en alguna marcha de 678 se escuchaba alguna canción referida al
chori, en donde se pretendía algún tipo de desvinculación del manjar
peronista; el post de
Artemio sobre el
jeje de
galende es otro ejemplo), pero cuya presencia y necesidad se vuelve
irremplazable, dado que representa algo así como un jardín de infantes, a partir del cual miles de advenedizos empiezan a pensar con otras estructuras mentales a la sociedad. Si nos quejábamos de que la gente se había alejado de la política, y si a la vez muchos
recalcábamos que uno de los mayores logros del
kirchnerismo es que ha vuelto a poner a aquella en el centro de la escena, luego no protestemos al ver a la horda de
amateurs que empiezan a correr hacia estas aguas con conceptos incompletos, con sus zonceras todavía adosadas, prejuicios y demás cosas, pues nunca vi a un infante haciendo ecuaciones en primer grado.
Luego, tampoco se quejen de este comentario.