24 de agosto de 2009

El despecho de la figura boluda

“A lo largo de toda su trayectoria, Carlos Reutemann hizo una carrera unipersonal, usando a la gente y tirándola en la banquina”.

“El sábado me llamó por teléfono para pedirme que renuncie y me amenazó. Me dijo que la iba a pasar muy mal en la provincia si no renunciaba”.

“Todos se aprovecharon de un error involuntario y hacen leña del árbol caído. Pero al frente de la operación está él, que está aconsejado por la mujer y la hija, que no entienden un carajo de política”

“Yo no voy a renunciar. La única manera de que deje la banca es si me destituye el mismo Senado –se plantó–. Si Reutemann quiere, que renuncie él.”

"El campo quiere tumbar a Cristina. Y yo, aunque fui y voy a seguir siendo opositora, no lo puedo dejar pasar. Voy a seguir defendiendo los intereses del campo, porque ésa es la idiosincrasia de mi provincia, pero antes que nada están las instituciones".

"Y
o no soy una figura boluda que pone la firma. El no conoce de técnica legislativa, él es un personaje de alto perfil político, pero el trabajo legislativo lo hacía yo. Nunca me decía cómo votar, si no conoce la interna del Parlamento. El está para otras cosas. Y ahora tenía que despegarse de las críticas y por eso quiso tirarme a la banquina."

"Pero si se fijan, cuando se llevó el proyecto al recinto yo voté negativamente, y Reutemann en esa misma sesión se quedó en su despacho y no votó, ni en contra de los superpoderes ni por la ley de emergencia agropecuaria"

Fuente


Cabría preguntarnos si el despecho posterior de toda figura boluda, redime a la misma de su pasado inmediato, transitado al lado de otro boludo. Hasta que aclaremos las dudas, riámonos de janerio.

3 comentarios:

Lilibet dijo...

No, no la redime pero nos encanta!, o no?
Lo digo por el presidenciable, Clarín arrastrará a varios me parece...

Udi dijo...

¡Qué prosa exaltada la de la revolucionaria Roxana Luxemburgo!
"La Pasionaria", dicen que le baten por Rosario.

reinacarlota dijo...

los hombres (boludos) todavía no saben de lo que son capaces las mujeres (boludas) despechadas. Igual, por convicción o por pura casualidad, ¡Viva Roxana, La Pasionaria!!!