Como leyó Clarín, o como quizo que los argentinos leyéramos el sentido de las malas palabras del Lole, fue algo así como lo siguiente: que el lole parece haber pasado a la clandestinidad.
Bueno, quiero decir que, de su papel pacífico y parcimónico haría abandono, para encarnar aires combativos e insurreccionales. Ví solo (y aclaro por las dudas) el análisis de uno de los comentaristas políticos de TN (tercera línea), y este texto de Clarín.com. . No sé si alejado, pero si distinto del análisis, de las risas y de los cantos de victoria que desde la blogósfera hemos lanzado desde el mediodía. Y por supuesto me incluyo.
Y si no es lo que que Clarín quiere que creamos, es lo que Clarín quiere que el Lole sea. Perfil alto, duro, crítico, presente. Basta de joroba y sonrisa tenue. Clarín y ciertos grupos deben estar reclamando acción. Liderazgo de la oposición. El que Carrió dice haber perdido.
¿Cual es la excusa próxima? Si, la cita es el jueves, luego de que la presidenta anuncie el envío de la Ley de Medios al Congreso. Es el momento y el lugar para saber si Reutemann toma o no cartas en el asunto; si el Lole sella LA alianza con el Grupo de cara al 2011.
Y el momento para reconocer si el escenario de victoria que hasta hoy palpábamos, decae definitivamente. Si me preguntan, diría que no es conveniente aún mandar la Ley al Parlamento. Esperar que Reutemann se aplaque nuevamente sería mejor. Dos semanas más, por lo menos; por las dudas de que el ex-automovilista quiera acentuar el jueves o viernes próximo su papel guevarista. Y su guiño a Clarín.
Pero como nadie me pregunta, entonces no diré nada.
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