(...) Frondizi me parecía una suerte de domador de leones hambrientos, capaz de asegurar el éxito del espectáculo con el sacrificio gradual y paulatino del equipo de colaboradores. Una vez les entregaba como carnada a un ministro, otra vez, un vicepresidente; en alguna otra oportunidad un asesor técnico, o un amigo íntimo. Cuando se le acabaron las víctimas de su lista, él mismo pasó a ser pasto de leones (...)Juan Perón, Coloquios con Enrique Pavón Pereyra
(extraido de Argentinos Tomo II, de Jorge Lanata)