Te quisimos. Te añoramos. Te pedimos. Te soñamos. Militamos por vos. Recomendamos tu apoyo.
Hoy te veo, lejana, diluida. Difunta.
¡Adiós! ¿Adiós?
Junto a las gradas del parlamento, desangrada, descansarás. Hasta que alguien desee llevarte, nuevamente, como bandera a la victoria. Eva te llevaría.
¡Adios! ¿O no?
Adiós. O hasta lueguito nomás. Porque algún día, de pronto, serás.
En el bicentenario de la batalla de Ayacucho
Hace 11 horas
1 comentario:
Nunca estuvimos tan cerca. Pero no hay caso, no se puede. Adiós, por lo menos, por un buen rato
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