1 de julio de 2009

Apuntes post-elecciones: Autocrítica y Comprensión


Pasemos a enumerar las palabras que habitualmente resuenan en boca de la gente:

  • Autoritarismo
  • Soberbia
  • Autismo
  • Queremos que respeten nuestras ideas
  • Confrontación
  • Dialogo
  • Consenso
  • Crispación

Más allá de que muchos de estos conceptos puedan estar vacíos de significado, el objetivo deberá ser comprender a que se apunta cuando se los menciona una y otra vez. Otorgarles significante. Hay que salir del ensimismamiento y la autojustificación.


Se habla mucho de “autoritarismo”. ¿Por qué?


Aquí expondremos cuatro puntos que creemos claves, y que pueden servirnos para explicar falencias, y en los cuales se alistarían las palabras recién enumeradas. Todas redundan en la noción autoritarismo. El texto no es exhaustivo, solo mi granito de arena a la causa.



1. Soberbia:


Muchos dirigentes políticos irresponsables hicieron, a lo largo de todo este tiempo, comparaciones estériles, pero que ayudaron a crear en el imaginario colectivo la ‘sensación de dictadura’. Se habló de Hitler, de Mussolini, de Ceausescu, de Chávez. Mas allá del marcartismo virtual de la mayoría de los comentarios que se propinan a troche y moche, habrá que buscar su entendimiento para pasar a la reformulación de contenidos.


¿Cuáles son los rasgos por los cuales la gente (intuyendo por tal clase media, dirigentes agropecuarios y empresarios, opositores en general, y demás personas que hayan votado contra K, y sus votantes también, porque no) tiende a identificar al gobierno con autoritarismo?


Uno de los caracteres que puede relacionarse con el término autoritarismo se refiere a la soberbia de Cristina. ¿Es de gorilas hablar de esto? No sé, pero no debería serlo en la confluencia actual de circunstancias. Quizás tenga que ver esto con eso de “la salud del General”. José Pablo Feinmman recuerda en el fascículo 54 de su Peronismo: Filosofía política de una obstinación argentina una tapa de la revista Descamisado del año 73’ que titulaba:


Siempre fue de gorilas hablar de la salud del General, pero compañeros…

¡Que Cagaso!


Bueno, actualicemos doctrinariamente los contenidos:


Siempre fue de gorilas hablar de la soberbia de Cristina, pero compañeros…

¡Que Cagada!


Las maneras de Cristina no son las mejores. Hay que reconocerlo. Hay que comprender aún algo más terrible: la ultra-ponderación que gran parte de la población hace sobre esa pequeñez (la “soberbia de Cristina”), licua cualquier contenido de su discurso, cualquier logro alcanzado, cualquier virtud queda distorsionada a la vera de la arrogancia presidencial. Toda una gestión queda desacreditada por sobrevaloración de un mero trazo personal. Pero es así. Hay que reconocerlo. Creo que Maquiavelo mencionaba a este pecado capital como algo negativo a la hora de considerar los modos del Príncipe.


Por estos días resurgió en mí un recuerdo. Era 2007, vísperas de las elecciones presidenciales. Comenzó la incerteza habitual: a quien votar. Mi vieja se preguntaba; yo, que un poco dudaba, intentaba justificar las vacilaciones que ella mostraba frente a la candidata oficialista.


- No me gusta, es muy soberbia – decía mi vieja.


Y quien les escribe trataba de contrastar realidades:


- Cuando el presidente era De la Rua, el problema radicaba en su parquedad, en su debilidad, en sus maneras bobas y mentecatas (en verdad, en aquel año fui un tanto más explícito: De la Rua era un pelotudo, un estúpido, le graficaba yo, sin más). Ahora, resulta que el problema es la soberbia de Cristina, su autoridad- volvía a señalar, ofuscado, usando un tono símil al de andaaaa!!


Al final, mi vieja la votó.


Pero volviendo. Hoy creo lo siguiente: si hay que justificarlo, no sirve. Si debemos ir por el mundo probando que la soberbia de Cristina es solo un simple detalle frente a las transformaciones o a los cambios que realiza, realizó o realizará, no sirve. Como los chistes: son buenos si no nos urge explicarlos. Sino, no. La soberbia cae mal y punto.


No se trata tampoco de la muerte de la justificación, que traduciríamos como muerte de la política, sino que en términos de virtudes o defectos de personalidad, la justificación parece ser, a estas alturas, no positiva.


Debemos reconocerlo, y se debería buscar la manera de reencausar este tipo de cuestiones. Teléfono para los asesores, y para Néstor.



2. Agenda


Otra de las banalizaciones actuales del discurso común, creo, se enmarca en el siguiente tema.

Siempre hemos reconocido la iniciativa política de Néstor Kirchner. Él mismo siempre se ha encargado de no perderla. Corte Suprema. AFJP. Adelantamiento de las elecciones. Candidaturas testimoniales. Esta virtud ha sido reconocida acá y acá.


Dijo José Pablo Feinmann:


“la política (…) es el desplazamiento de eso que todos creen es el límite, la cordura establecida (…)


“La iniciativa política hace estallar el lugar común del límite (…) y desplaza el límite hacia un horizonte que nadie esperaba.


“El pago de la totalidad de la deuda al FMI por parte del gobierno Kirchner sacudió a esa ardua comunidad de los diversos que es la Argentina. Esa comunidad se entregó a un vértigo de la opinión (todos, de la izquierda a la derecha y al centro, dijeron algo o mucho) que la transformó en el ejemplo inapelable de eso que Arendt llama “caos absoluto de las diferencias”. ¿Quién desató ese caos? Kirchner. ¿Por qué? Porque tiene una iniciativa política que nadie tiene en el país. Porque desde el ya lejano día en que amaneció y dijo que pagaba por entero la deuda con el Fondo nadie ha dejado de hablar de él. En política, como en casi todo lo demás, el que pega primero pega dos veces. Y Kirchner sabe pegar primero


“¿Qué representan Kirchner y su gente en relación al Estado nacional? Su posibilidad de recuperación. Durante los noventa el poder de la política se trasladó del Estado a la economía. Del Estado al establishment. Así, la iniciativa política se concentró en las corporaciones, que, sin obstáculos, trazaron el destino de miseria del país.


“Pero es imprescindible que la sociedad civil genere su propia potencia. Que asuma su propia iniciativa política. No es bueno que algo tan valioso quede en manos de una sola persona, aunque esa persona esté al frente del Estado. En suma, es imprescindible que el atrevimiento, el coraje, el nervio, el entusiasmo no queden solamente en manos de Kirchner. Eso sería, no sólo condenarlo a la soledad, sino depositar nuestros destinos en una sola persona que, como todas, puede equivocarse.”


Esto fue escrito en 2005, y es una buena radiografía de Néstor Kirchner. Y las últimas dos palabras son oraculares (si es que esta palabra existe). Se enmarcan dentro de ‘negro el 28’. Oraculares, y obvias a la vez, dado que todo ser humano alguna vez se equivoca, sino siempre, sino más de las que acierta.


Además de la soberbia, creo que la otra característica que contribuye a construir la imagen de autoritarismo, es la siguiente: Imposición de la Agenda. El kirchnerismo hizo esto a lo largo de sus seis años de vida nacional, incluso luego del voto de Julio Cobos en el Senado y la consecuente debilidad gubernamental: Aerolíneas, Movilidad Jubilatoria, AFJP, Plan Anti-crisis, Adelantamiento de las elecciones, las ‘testimoniales’. El manejo de la agenda es uno de los puntos más positivos del Kirchnerismo a lo largo de todo este tiempo. Pero si es positivo ¿dónde radica el problema, entonces? En el exceso. Podemos ver claramente que la superabundancia de iniciativa ha conducido a ese cierto malestar general, en donde se siente, generalmente, que los temas que se tratan no son los que a la mayoría de la gente importa. Medidas como la estatización de los fondos de la jubilación o la de Aerolíneas son excelentes, pero no generan ningún tipo de clamor popular, lamentablemente. Hay una saturación del colectivo en que el kirchnerismo sea el que imponga los temas que tenemos que debatir.


¿Cuál sería la solución? Muchos podrán argumentar que si el gobierno no maneja la agenda, quienes lo harán serán los medios de comunicación, o los grupos concentrados, los empresarios, o las fuerzas políticas conservadoras. Y es cierto. Considerando esto, es que podemos decir que, para esquivar la agenda que quiera imponer el poder real argentino, habrá que volver a la iniciativa, pero haciendo hincapié en eso que se ha dado en llamar: “los problemas de la gente”. Si, puede ser que sea hacer caso a la agenda mediática de Clarín y compañía. Pero también puede ser que no. Por ejemplo, la seguridad ¿Por qué no recomenzar todo empezando por allí? ¿Por qué Cristina no sale a decir qué el próximo tema a tratar es la inseguridad, que se mandan proyectos al Congreso para que sean debatidos y demás? ¿Implica necesariamente darle la mano a la derecha? ¿O implica arrebatarles a los conservadores la posibilidad de que en un futuro no tan lejano impongan recetas totalmente contradictorias a los paradigmas progresistas? ¿No sería bueno volver a imponer la agenda de la mano de un reclamo social tan generalizado, haciendo foco en reformar el perimido sistema penal juvenil, añadiéndoles tónicas garantistas, llamando a un gran debate gran, que incluya la participación indelegable de los miembros de la por nadie cuestionada (salvo por representantes de la más rancia estirpe) Corte Suprema de Justicia? ¿No sería eso un mix entre recuperar la agenda para el gobierno, limar las asperezas “autoritarias”, intentar resolver un problema social desde una óptica socioeconómica heterodoxa, recuperar lazos con ‘la gente’, y evitar una arrimada del lobby en general? Si, sería un buen primer paso luego del revés dominical.


Impulsar ahora la Ley de Radiodifusión sería un nuevo suicidio, y no sé cuantas vidas quedan luego de dos perdidas, una un 17 y otra un 28, julio y junio respectivamente. Sobre la Ley de Medios: el poder no la quiere, a la gente no le interesa, los demás ‘políticos’ argentinos gozan de una grandeza inexistente. Incluso Pino Solanas, cuando reniega de la posibilidad de apoyar el proyecto presentado por Cristina Fernández.


Se trata de imponer una agenda previsible. Hoy que los medios están 523 horas al día alarmando sobre la Gripe A, proponer que debatamos sobre la inseguridad sería nuevamente quitarle el guión de las manos a Magnetto y Cia., y encarar EL tema que le importa a todos, incluso a nosotros progresistas que pedimos para su solución inclusión y contención social.


“es imprescindible que la sociedad civil genere su propia potencia. Que asuma su propia iniciativa política. No es bueno que algo tan valioso quede en manos de una sola persona, aunque esa persona esté al frente del Estado”, decía José Pablo. Habrá que hacer caso a esto.



3. Intervención de Estado


¿Qué otros rasgos ameritan que se rotule al Gobierno como autoritario? Su intervención en el mercado. Pero aquí debe haber obstinación por parte del oficialismo, aunque luego de estas elecciones la potencia interventora haya mermado. Además, si bien redundan en gritos los adalides ortodoxos por los esquemas económicos hoy vivos, la gente, el pueblo en general no comulga con la percepción de este tipo de críticas. Solo la derecha ideológica y sus militantes rezongan, y la gente des-ideologizada huye de tales categorizaciones. Aunque también es cierto que de menguar la intervención, la “atmósfera” audiovisual se encargará de diluir disimuladamente la percepción de autoritarismo, y todo será paz y consenso (de Washington).

Para ir finalizando,



4. Ideas.


El kirchnerismo recibe un palo constante: “yo quiero que respeten mis ideas, porque cada uno es dueño de pensar lo que quiere, tenemos derecho a pensar diferente”, sueltan algunos esta concatenación de obviedades, y la pregunta es por qué. Desde el punto 1 al 3 encontramos algunas razones, pero ese interrogante podría resolverse evidenciando que el Kirchnerismo puso y pone sobre el tapete ideas que, para la mayoría, habían muerto. Convivimos con treinta años de discurso único. Significa que cuando alguien propone algo distinto, algo nuevo, una idea ‘vieja’ que no estaba en los planes de nadie, el efecto es resistencia. Algunos se resisten porque, a pesar de conocer las ideas propuestas, no concuerdan con las mismas; otros se resisten porque titubean y creen que los K no son los dignos representantes de esas ideas; y otros (los más) se resisten subconscientemente a abandonar las fórmulas de estas tres últimas décadas. El kirchnerismo trajo consigo concepciones que estaban sepultadas. Contraponer estas con las anteriores trae conflictos y diferencias, y cuando alguien que vive con el otro pensamiento (el único), escucha a Néstor o a Cristina, siente que lo acusan. Es raro, porque Néstor nunca se ha referido a la gente en general para descalificarla, sino que lo ha hecho con respecto a ciertas cúpulas. Pero cuando el pensamiento de los de arriba se entremezcla con el de los de abajo, estos, finalmente, también se sienten agredidos y cuestionados. Y la incertidumbre interna de cada cual genera la resistencia, el paraguas que se abre: “Yo pienso como quiero”, siendo que nunca se ha intentado erosionar dicha facultad. Se tratará, entonces, de comprender esto para seguir, aunque tal vez sea un demasiado tarde.


Fin.

3 comentarios:

Fede dijo...

si bien todo eso que bien decis, puede resumirse en un intento de abrir la cancha a otras voces, creo que en los terminos en lo que lo decis, y con todo el respeto, soslaya una cuestion importante: sea quien sea quien gobierne, si bien ha de intentar al menos en un caso ideal de representar a todos los sectores, seguramente, tendera a satisfacer mas demandas de aquel sector que considere mas urgente y utilizando las consignas del grupo en si que representa, ya sea la "clase media" la "clase trabajadora" etc, y es normal que desde todos los otros sectores se encuentren excusas para criticar de algun modo. Nadie puede negar que los lineamientos generales y las formas de manejarse de cristina y nestor son simliares, son casi el mismo gobierno, entonces, porque durante su gobierno nestor fue digamos muy popular y los medios noe estaban tan ensañados? Son tecnicas de oposicion, y la oposicion desde todos sus rincones, se ve amenazada cuando se amenazan los intereses que reprensentan. La derecha cuenta con la ventaja de la poblacion despolitizada y de la clase media para ganar popularidad, la izquierda en cambio, solo tiene a su favor la misma chicana de siempre que poco le ha servido por su propia falta de infraestructura a nivel nacional, y tambien puede juguetear con la despolitizacion y con algun que otro anti, pero no mas que eso.
Si cristina fuera el ser con mas "dialogo" del universo, seguro estate que dirian que es carente de toda autoridad, que es debil y que no puede manejar las cosas por si sola, es critica por la critica misma, porque lo que se desprecia es LO que se hace, y no COMO se lo hace


saludos !!

BASTA DE LADRONES dijo...

parenla defendiendo lo indefendible. este gobierno pasara a la historia como el peor gobierno democratico de Argentina. Podes querer dar vuelta todo, demonizar a clarin, y a todos los diarios del planeta, pero eso no le resta la lacra que fue este gobierno y todos los ladrones que a cara descubierta y sin escrupulos hicieron MIERDA al pais en 6 años. La impresentable es soberbia sí... injustificada, que hizo ella de bueno para ganarse el lujo de la arrogancia? un cerebro lleno de odio y violencia que busco siempre la division de aregtinos para su propio provecho. La justicia la va a hacer pedazos a ella y a sus secuaces.

Ricardo dijo...

Muy bueno el post, señor Montonero Asesor de Mirtha. RE-NUN-CIE!

Fede, yo tengo la teoría de que a Néstor le dieron "permiso" para hacer las cosas por el contexto de crisis que había.
Como si dijeran: "Bueno, macho, encargate vos del tomuer, poné la jeta y después, cuando todo este arreglado, charlamos... ¿si?".
Néstor supo además muy acertadamente, ponerse a la gente en el bolsillo (empezando por lo de la corte, siguiendo por el pago al FMI, etc.)
Igual, si los Medios hubieran querido, le habrían hecho la vida imposible como a Cristina.
Igual creo que hay una idea rondando el subconciente de la gente: "Ya salimos de la crisis, ahora volvamos a ser del Primer Mundo como con el Carlo...".