19 de septiembre de 2009

Refutar lo obvio

Me está empezando a preocupar y/o asustar esto de "fascismo". Primero el caradura. Después Clarín, ahora Morales. Parece un chiste, pero creo que estamos en riesgo de empezar a transitar el camino de la desconfiguración mental nuevamente, si es que en verdad gozamos alguna vez de cierto período de plenitud reflexiva. No, ok.

La liviandad de las expresiones y calificaciones no implica una necesaria desaprehensión de estas mismas pavadas por parte de la sociedad oyente/parlante. Efectivamente todo lo contrario.

Lo peor de todo esto, mi ejemplo. Hoy estuve en un cumpleaños. Todo regio, hasta que, al pasar cerca de uno de los invitados (cincuentón él) escuché la palabra fascista. Una vez, dos, tres, cuatro, cinco, seis veces. Estaba desolado. Desolación igual de mayor que las ganas de contestar aunque menores que la necesidad de reprimir todo impulso atropellado. Pero la imagen y el recuerdo de su mención debe llevarnos a la necesidad de saber que tenemos que empezar a refutar lo obvio. Empezar de cero.

Por otro lado:

“Si no consulto al rey de España, menos consultaré al CEO de una empresa”. Dicen que esta nueva Ley de Medios es fruto de la primera mujer elegida presidente de la Argentina, para quien, quizá más que para cualquiera de sus predecesores varones, el no reconocimiento de sus atributos de mando resulta muy ofensivo.

"Ella habría sido quien decidió avanzar sin mirar costos, pero no está sola en el deseo."

¿En que quedamos, al final? Siendo sincero, no estoy seguro de que Jorge F. alguna vez haya penetrado sentidos con la pelotudez esa del "doble comando". Siendo más sincero aun, apuesto a que puffff, la pucha que lo uso!. De haber sido así, alguien confírmemelo, por favor. Gracias.

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